Cómo cuesta empezar

«Me cuesta mucho volver a entrenar»

Llega septiembre, se acaban las vacaciones, vuelven las obligaciones diarias y nos toca pasar la resaca emocional que supone todo esto. Y entre una de esas cosas que debemos retomar, está la vuelta al ejercicio diario.

En ocasiones, y dependiendo de las circunstancias de cada uno, puede que sea un reto volver a la rutina. Es entonces cuando comienza la pesada procrastinación.

Procrastinación: ​ postergación o posposición es la acción o hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables por miedo o pereza a afrontarlas.

Las tres razones por las cuales se puede dar esta situación son:

  1. Lo veo como una obligación: Si el tema en concreto me supone algo obligado y no deseado la situación se puede hacer muy cuesta arriba. El trabajo, las tareas de la casa o ir a entrenar al parque puede suponer mucho esfuerzo si lo enfocamos como algo forzoso.
  2. Creer que lo debo hacer perfecto desde el principio: Esto puede suponer que lo veas como un reto tremendamente mayúsculo. Pensar que hemos de empezar sin fallar ni un solo día, supone que veamos una montaña demasiado grande como para comenzar.
  3. Pensar que vamos a pasar una situación desagradable: Como es lógico, si pensamos que haciendo deporte vamos a experimentar una situación desagradable, lo vamos a rechazar. Tanto si esa vivencia es emocional, enfado, culpa, humillación, como si es física, agobio por falta de oxígeno al realizar un esfuerzo.

Si es tu caso alguna de estas tres situaciones,  es totalmente lógico que nazca la procrastinación.

Lo primero que debes hacer es dejar de juzgarte, y entender cómo funciona el cerebro del ser humano: tan solo has sido víctima de una estrategia mental para ahorrar energía.

Para cada uno de estos casos vamos a dar una posible solución. Entiende que si pudiéramos hablar contigo en persona daríamos con la tecla para superarlo, pero aun así, y siendo un artículo para público general, lo vamos a intentar.

Caso 1º “Lo veo como una obligación”

En este caso, y como puede que hayas oído alguna vez, lo que está mal enfocado es el objetivo personal. Esto tiene mucho más valor del que le solemos dar.

El objetivo por el cual nos movemos para conseguir algo debe estar muy bien enfocado, con los valores y anhelos más profundos de la persona, algo que de veras te encantaría conseguir y de algún modo, aunque difícil lo veas posible.

Para esto te aconsejo si lo necesitas de verdad, que preguntes a tu entrenador para poder formularlo, ya que si el objetivo es muy grande se deberían sacar submetas que te vayan motivando.

Si conseguimos hacer un buen trabajo en esta parte, pasará de ser una obligación a una motivación el hecho de conseguirlo. Esto te ayudará en momentos de pereza.

Eso sí, y repito por importancia, el objetivo debe estar muy bien formulado bajo una manta emocional positiva de la persona en concreto.

Caso 2º “Creo que lo debo hacer perfecto desde el comienzo”

En realidad, el problema de esto es anticiparse a una situación por miedos a como me voy a sentir si no lo consigo.

Una vez más, como muchas otras en el día a día, nos estamos moviendo en un futuro incierto que ya presuponemos como algo negativo, cuando en realidad lo que hay que hacer es vivir el momento.

Para esto mi consejo es que no lo pienses, no dejes que entren las dudas ni te adelantes a lo que va a pasar, cada vez que te hagas consciente de que el pensamiento te está jugando una mala pasada te pones las deportivas y comienzas andar para el parque.

O sea, llama sin pensar a tu entrenador, dile que vas el próximo día, prepara la ropa, y no dejes que la cabeza juegue su baza desmotivadora.

Y si realizas esto cada día verás cómo luego no era tan terrible.

En el caso de que algún día no puedas ir por fuerza mayor, por algo realmente importante, no pasa nada, no se acaba el mundo, lo que hay que hacer es comenzar, y comenzar ya, sin excusas.

Causa 3º “Pensar que vamos a pasar una situación desagradable”

Si tu problema es que te da miedo pasar por una situación que no te apetece, lo que te aconsejo es que le des la vuelta a la tortilla, o sea que elijas algo que te suponga pasar por un momento agradable, que al menos sea agridulce.

Para esto tenemos dos opciones. La primera es que elijas algún tipo de ejercicio que te divierta, al final esto trata de moverse para ejercitar el cuerpo, y la realidad es que vale casi cualquier cosa para superar ese mínimo, pádel, natación, gym y funcional al aire libre son igualmente válidas para ganar salud o perder peso si lo acompañas de una buena alimentación.

Es cierto que cada una de ellas te da beneficios diferentes, y que son más o menos completos, pero también es cierto que, si tu problema es más mental, lo que debes hacer sobre todo al comienzo es algo que te divierta, y si tienes que probar todas hazlo, que seguro te lleves alguna sorpresa.

La otra opción para hacerlo más motivante es que lo hagas en compañía, o bien por con el grupo que vas pasáis un rato divertido además de entrenar, o porque convences algún amigo/a que se anime contigo.

Espero que te hayan servido las respuestas, si aún te queda alguna duda ponte en contacto con nosotros para ver si te la podemos resolver, y no es así, fuera excusas y llama ya…

 

          

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Abrir chat
1
Hola, ¿En que podemos ayudarte?
Hola , en que podemos ayudarte?